Banderas amarillas, luces intermitentes y un display en el volante del Red Bull de Sebastian Vettel. Todo ello no ha servido para que, a falta de 48 horas del límite para apelar, Ferrari lo haga. Y es que la voz la han alzado periodistas, fans y detractores del alemán. Todos menos los que de verdad tienen que recurrir el resultado: los equipos de Fórmula 1 en general y Ferrari en particular. Fotos, vídeos en Youtube con subtítulos y comentarios… Parece que se esté coleccionando un dossier entero con pruebas para mandarlo a la FIA. Pues bien, precisamente aquí la FIA no actúa a no ser que alguien (Ferrari) lo pida.
Y la escudería del Cavalino Rampante ya decidió no hacerlo, aunque cuentan por ahí que Alonso estaría presionando para que se haga. Bien lo refleja la cara que se le quedó al llegar al park fermé y ver que el que estaba celebrando el tricampeonato más joven de la Fórmula 1 no era el que él encima de un histórico coche rojo, sino un pupilo de Schumacher encima de un coche con nombre de bebida energética.
Lo que de verdad me preocupa (y llevo viendo estos días que, afortunadamente, no soy el único) es ver a ciertos periodistas renombrados atacando y pataleando de una manera más que subida de tono al alemán por ganar un mundial “sucio”. ¿Acaso será menos malo ganar un título en los despachos? ¿No son precisamente los mismos que detestan acabar una carrera en dichos despachos?
Cierto es que las banderas estaban desplegadas, los semáforos en amarillo y el display de Vettel indicando la situación de riesgo en carrera. Pero volvemos a lo de antes; es el turno de Ferrari. Si no alegan, por algo será. Fecha límite: 30 de noviembre. Dos días.
Dedicado a Rebeca Álvarez, quién me dio la idea del nombre para este blog.
@Vicalma